¿220 ó 230Vca?

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   La tensión habitual en las instalaciones eléctricas domésticas, la de 220 voltios, que sustituyó a la de 125 voltios en la década de los 70, está a punto de desaparecer, asegura la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en un informe.

   La nueva tensión normalizada para los hogares será de 230 voltios, aunque el cambio sólo afectará a los nuevos contratos de suministro eléctrico y a los que se modifiquen a partir de ahora, según establece el nuevo Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, que entró en vigor en 1993.

   Tradicionalmente, países como el Reino Unido han tenido tensiones de red de 240 Voltios (+/-6%) desde la década de los 60, cuando las distintas tensiones existentes en distintas zonas del país (desde 200 hasta 250 Voltios) se armonizaron a 240 Voltios. Europa continental tenía 220 Voltios e Irlanda 230 Voltios.

   En los años 70 e incluso en los 80, en algunas zonas rurales, antes de conectar cualquier aparato a la red eléctrica era típico preguntar si la tensión iba a 220 voltios o bien a 125. En caso contrario, el usuario corría el riesgo de que el electrodoméstico en cuestión no funcionara por falta de tensión o se quemara por exceso. Por eso también era habitual contar con un transformador que permitiera cambiar de una tensión a otra. Con el tiempo, los 220 voltios se fueron generalizando y tanto los transformadores como preguntar por la tensión se convirtieron en algo superfluo. Sin embargo, en septiembre de 2003 entró en vigor el nuevo Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, que fija las condiciones que deben cumplir las instalaciones eléctricas para garantizar su seguridad. Este reglamento, que sustituyó a otro de 1973, introduce la tensión de 230 voltios en las instalaciones domésticas y de 400 voltios en el sector industrial, con el fin de reducir las pérdidas de transmisión y mejorar la demanda.

   Para la inmensa mayoría de los consumidores Europeos, la tensión que puedan medir en sus hogares no cambia, porque ya entra dentro de los márgenes mencionados. Esto fue hecho a propósito. Este plan desplaza la responsabilidad de cumplimiento a los fabricantes de dispositivos alimentados por red, que tienen que adaptar sus productos a la nueva tensión. Los proveedores que generan la energía no se ven afectados: se consideró que sería más fácil adaptar los productos que hacer cambios a la compleja infraestructura y maquinaria de generación y distribución eléctrica. Como consuelo a fabricantes, se les dice que ahora sus productos pueden ser comercializados en todos los países de la Unión. Convenientemente, se olvidan que algunos países tienen clavijas de enchufe diferentes, pero eso ya lo dejamos para otra ocasión… Por suerte las tecnologías utilizadas hoy día son tolerantes en variaciones de alimentación, por ejemplo, muchas fuentes de alimentación aceptan rangos desde 88 a 264 Vca.

   Ahora, en respuesta a una pregunta planteada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la CNE señala que la tensión de 220 voltios "tiene el carácter de tensión a extinguir", por lo que, de acuerdo con el Real Decreto 1955/2000, se deberá utilizar como tensión disponible la de 230 voltios. Este decreto establece que "en caso de existir una tensión a extinguir y otra normalizada, se considerará únicamente esta última como disponible".